Entro en el vagón de metro a punto de cerrarse. Me quedan más
de diez paradas, veo a la gente como si fueran extraterrestres .Se libra un
asiento y me abalanzo tan rápido
que nadie me lo quita. A mi lado dos chicas no paran de hablar ."Esta
es la mía" pienso. Cierro los ojos para distraerme con sus chismes. Pongo la
oreja y me concentro en su forma de hablar, los ruiditos, la mezcla de chile y colonia.
" Espera que te enseño su foto…se llama Patricia…espera…”-dice la pelirroja
mientras toquetea la pantalla del móvil.- Patricia-pienso-joder…que casualidad .Les
escucho susurrar algo que no consigo entender…la rubia le pregunta que cuantos
años tiene…la otra dice algo así como que 39…o así…que es muy
fuerte...a su edad.
Abro los ojos, las miró con disimulo mientras ellas buscan fotos de esa tal Patricia en Internet. Me empiezo a inquietar, están hablando
de alguien que se llama como yo…que tiene mi edad….No consigo escuchar todo lo
que dicen, así que vuelvo a cerrar los ojos y me río de mi reacción. La pelirroja,
sigue hablando sin parar. Que si esa tía no para de llamar, que se mete en su
relación, que si intentó liarse con su chico,….que ella lo estaba pasando muy
mal…que que asco de tía…
Lo dice tan convencida y resulta tan convincente, que
empiezo a odiar a esa de la que hablan, empieza a darme pena esta pelirroja enamorada…en mi mente esa tal Patricia empieza a dibujarse como una arpia que utiliza su poder para seducir al joven novio de esta chica.
Cada vez estoy más a gusto en mi asiento y más enganchada con esta historia de
barrio…hasta que me parece escuchar el apellido de la chica de la que están hablando.
La amiga le dice que meta en google el apellido y así ven más fotos… “ no, tía,
Gomendio , Patricia Gomendio…pon eso...sí esa...pincha...”.
Dejo de respirar, siento mi corazón bombeando tan fuerte,
que siento como si fuera a salpicarles en la cara .Abro los ojos y las miro
directamente .Ni me ven, están tan enganchadas viendo esas fotos en su móvil,
que ni se han dado cuenta que estoy a su lado. Esas dos caras no me suenan de
nada, ¿qué hacen hablando de mi? Tiene que ser una broma…o una confusión…o igual
hay otra Patricia Gomendio…o igual estoy tan obsesionada conmigo misma que me parece escuchar mi nombre en todos los rincones.Vuelvo a reírme de mi estupidez.Trato de levantar el cuello para alcanzar a ver lo que están
viendo en el móvil, no veo nada, lo medio tapan con sus manos. Me resigno.
El metro se para, esas incidencias extrañas que suceden a
veces en el metro. Ellas se quedan sin cobertura, así que guardan el móvil. Ya
no estoy tan a gusto, no sé cómo encajar …toda esa mierda que acabo de escuchar.
Es imposible que hablen de mi-pienso-yo no llamo a nadie ni me meto en ninguna
relación…ni siquiera hay nadie que me guste…y dudo que el chico de esa…chica…fuera
de mi estilo…yo diría que no. Me río con mis pensamientos, las escucho como
música de fondo…lo que dicen no me llama la atención…habla, ríen,…bajan el tono.
El metro reanuda su camino, y entre el ruido de las vías y
un chico que habla súper fuerte por el móvil, sólo escucho algo de que “es
vasca, hace teatro o no sé qué…pero no es conocida…vive en la calle...”.
Joder, están hablando de mí, pero quién es esa tía y lo
mejor, quién es ese supuesto novio suyo al que yo llamo…con el que me he
intentado liar…joder, que me lo presente. Quedan solo dos paradas para bajarme,
no sé qué hacer, debería decirles algo. Me levanto del asiento, intentando que
me vean, les miro directamente, no me ven. Insisto. Ya sólo me queda una
parada, 2 minutos, lo tengo controlado.
Parece que están escribiendo un
mensaje, la una le dice a la otra que le envíe un whatsApp de su móvil, en plan
vacilando, como un aviso. La pelirroja empieza a darle el teléfono de esa tal Patricia.
Llega mi parada, Me bajo. Me quedo inmóvil en el Andén mirándolas. Por primera
vez la pelirroja levanta la mirada y parece que me mira. Se va el tren. Salgo
del metro. Ya en la calle, saco de mi bolso el móvil y la respiración se me
acelera.
Veo que me ha llegado un WhatsApp de un número desconocido. Joder, me
quedaba la esperanza de no ser yo de quién hablaban .Decido no leerlo, guardo
el móvil en el bolso y cruzo la acera. Y me viene un nombre a la cabeza,¡Él!, claro,¡ cómo no me he dado cuenta!... Me
río y empiezo a entenderlo todo.Y las ganas de leer ese mensaje o
contestarles…se evaporan…corro entre las calles con una sonrisa que supera
cualquier crítica, engaño o deseo de dañarme.
PD: Seguiría con el
relato, sino estuviera segura,amiga que vas en metro, que ahora estarás leyendo esto. Así que, no
contaré como sigue, voy a dejarte con la duda. No quiero estropear esa película
de ciencia ficción que te has montado. Espero que otro día, en otro vagón…pueda
escuchar como sigue esa historia que sin yo saberlo protagonizo.